6 mar 2011

Allá donde no alcanzan nuestros brazos
a cubrir las distancias que nos separan,
envió en una brisa el cálido roce
de una caricia.
Allá donde mis labios no llegan a posarse,
un suspiro elevado al cielo,
que mi aliento viaje a través
de la noche o el día.
Donde mis sonidos emitidos,
no se oigan en tus oídos,
pondré mis palabras en tu alma,
para que se acunen al son
de tus latidos.
En el cansancio del día,
se quedan los sinsabores de la vida.
Momentos compartidos
a distancia,
mañana serán memoria...
tesoros que enriquecen mi Universo

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